Primer viaje con carpa | 4 días y 140 km (50 de ellos con viento en contra)
A sólo 60 km de la capital se encuentra esta tríada de balnearios sobre el Rio de la Plata
Uruguay se caracteriza por contar con una amplia extensión de costa oceánica, pero no todo es agua salada. Si bien el límite político del océano es la península de Punta del Este, hay matices. Ni tan tan, ni muy muy. A lo largo de toda la costa sobre los departamentos de Maldonado y Canelones (este de Montevideo), hay playas muy variadas en salinidad y corriente, oleaje y arenas, como por ejemplo en Cuchilla Alta. Los paisajes varían a medida que nos movemos hacia el este o hacia el oeste.
Desde Montevideo hacia el oeste hay muchos rincones encantadores, pero en el itinerario turístico uruguayo pareciera que los destinos en este sentido comenzaran en Colonia y luego hacia el norte, al litoral. En el camino, queda con poca visibilidad una zona muy bonita, con historia y mucha naturaleza.
Las salidas hacia el oeste (por tierra) desde Montevideo son pocas. Cuando Bulevar Artigas (una de las principales Avenidas montevideanas) se encuentra con la Rambla portuaria, comienza la Ruta Nacional N° 1. Unos pocos kilómetros más adelante podemos tomar la Ruta Nacional N° 5, hacia el norte (Flores, Florida) o seguir por la primera. Nosotros salimos por el trazado antiguo de la ruta 1, paralelo a esta. Se unen ya en el departamento de San José.
El recorrido es más atractivo que el de una ruta nacional y el puente antiguo sobre los humedales del Santa Lucía, es muy pintoresco.
Al oeste de la capital, el Rio de la Plata se consolida como tal y gana terreno tanto en el sabor, como en la tranquilidad de sus aguas. San José tiene varias playas sobre el Plata y la primera es Playa Pascual que se encuentra tomando el primer camino hacia la izquierda luego de atravesar el puente sobre los humedales del río Santa Lucía (que en su desembocadura provoca un agradable paisaje). Antes, Ciudad del Plata, es una zona urbanizada y con varias opciones para recargar agua y comida.
En el kilómetro 52 de la Ruta Nacional N°1 se encuentra la ciudad de Libertad, allí nace el camino Mauricio. Los carteles se refieren a este como "Paso Mauricio". Este fue el camino que elegimos, se encuentra en muy buenas condiciones para hacerlo en auto, no tanto así en bicicleta porque no cuenta con banquina. Está muy bien señalizado, lo pudimos comprobar cuando hicimos ese tramo ya en la noche. Tiene curvas muy cerradas y unas cuantas subidas y bajadas. Aprovechando el impulso de estas puede hacerse sin problemas y resultar divertido.
Este es el primer viaje con carpa que realizamos. Si bien son pocos kilómetros, es la primera vez que vamos a dormir donde nos encuentre la noche.
Precisamente esta vez no acampamos cuando anocheció, ya que seguimos pedaleando porque la noche nos encontró saliendo de Libertad (paramos a comprar pan).
Llegamos al Camping La Casa del Cura por los carteles, desde el camino que veníamos, tomamos a la izquierda y allí dimos con un predio de media manzana aproximadamente y una casa con otras instalaciones como un parrillero techado y baños. Conocimos a Miguel, el casero y administrador de este camping que pertenece a la asociación de mujeres Lourdes Pintos -AMULP-. Fue muy agradable compartir un par de charlas en donde conocimos historias de la zona y hasta la leyenda del ñandú galáctico. La cruz del sur sería una pata de Surí (ñandú antiguo), en donde las demás constelaciones también tienen mitos asociados. A partir de una persecución, en donde el Surí escapaba de otra entidad quedó retratado en la galaxia, al ocupar el lugar de lo que hoy conocemos como cruz del sur. Aquí hay un poco más de información sobre la versión local del mito, la zona de Ordeig y lugares para visitar.
La tormenta pasaba, daba vueltas. Comenzaba a disolverse y se concentraba de nuevo. Pero ni una gota de agua y poco viento. La anunciaban desde la semana anterior, la comentaban, en ese momento ya la deseábamos para ver cómo nos encontraba.
El segundo día acampamos sobre una duna rodeados de pinos (la de la foto). Esa misma noche la tormenta que venía anunciándose desde hacía tres días nos encontró allí mismo. Habíamos puesto la lona (único elemento de protección) del lado opuesto a la playa porque la tormenta se estaba formando desde allí (norte).
A las cuatro de la mañana nos despertamos con las primeras gotas y mucho viento desde la playa. La lona flameaba como una bandera sujetada por unas cuerdas, las dos estacas al piso evidentemente se habían volado.
Nacho desató la lona y preferimos tapar las bicis. Desde adentro del igloo soportamos la estructura estirando los brazos y después también las piernas, buscando alternativas a los calambres. Apoyando las toallas (las únicas dos) sobre una de las paredes de la carpa -la del lado de la playa- mantuvimos a flote el resto del barco, Afuera no se veía nada, o sea, lo que se veía era negro y a veces destellante.
Podían haber sido horas, fueron horas, por lo menos dos. La calma trajo mucho sueño, no fue un problema recobrarlo. Esas horas fueron minutos, en ese momento no nos dimos manija, podían ser 2 horas o 2 días. De mañana la sombra ayudó mucho y recuperamos esas dos horas y más.
Después de la tormenta, siempre viene...
El sol y la temperatura nos permitió secar todo lo húmedo y disfrutar de una tarde de playa en Mauricio. El agua calma del Plata con movimientos leves y el silencio del entorno se parecía a algo diferente de lo que uno supone de la semana de carnaval, por aquí en Uruguay.
El primer destino era Ordeig o Mauricio. Los nombres nos generaron confusión, en los mapas aparece uno y las personas hablan del otro. La playa que lo bordea para algunos habitantes se llama Mauricio, ya que es allí donde desemboca el arroyo con el mismo nombre, mientras que para otros su nombre sería Ordeig como todo el balneario. En esa zona hay por lo menos 3 balnearios contiguos, Ordeig (playa Mauricio), Vistamar y Kiyú, de Este a Oeste.
El desayuno de la segunda mañana (y primer tormenta). Pan, queso y dulce de membrillo. Leche con café para acompañar.
Después del desayuno y tomar unos mates preparamos el equipaje para seguir hacia el oeste y buscar un lugar donde dormir en Kiyú.
Ordeig es la zona menos poblada, se ven médanos vacíos y casas separadas por 100 metros de la más cercana. Vista Mar conecta el extremo este con Kiyú, en donde un cordón de manzanas se extiende por varias cuadras, formando un balneario muy particular. El camino principal es el asfaltado, paralelo a este y a la playa está el de balastro, luego un desnivel en el terreno barrancoso por momentos presenta bajadas a la arena del Río de la Plata. Este espacio entre el camino sobre el agua y la arena fue el que elegimos para armar la carpa la tercer noche.
Improvisamos una parrilla y cenamos chorizos asados con tomate y pan. Dormimos muy cerca del agua y muy cerca del cielo. El amanecer nos apuró porque desde el este no teníamos protección para el sol.
Esa mañana nos nutrimos del aire fresco y el calor de los primeros rayos, pero no desayunamos fuerte. Luego, ya en el camino nos dimos cuenta de que no fue una buena decisión. El camino paralelo al plata se extiende hasta la Guitarra, zona donde este se conecta con el camino a Kiyú, que une este balneario con Puntas de Valdez, sobre la Ruta 1. Tomamos este sentido y en el camino paramos a cargar agua y comprar pan.
En el almacén "Los Pinos", ya a pocos kilómetros de Puntas de Valdez tomamos agua gasificada, muy fría. Eran cerca de las 11 am, el sol se estaba poniendo de punta y ante la oferta, nos dejamos caer en la sombra que proyectaba el mismo almacén.
Agradecimos mucho el gesto y esto derivó en una charla con la señora que atendía. Para ese entonces estábamos pensando en el mate, y conseguir agua caliente no fue un problema. Para ese entonces el plan era hidratar (aunque con agua caliente) por una hora aunque sea y comer pan con dulce de membrillo (sí, el mismo de la otra foto. Es que compramos medio kilo cerca de Libertad).
Al lado del almacén charlamos con una vecina, entre mates y membrillo. Nos cuenta que tiene varios tambos y que lamentablemente a esa hora ya no le quedaba leche, sino con gusto nos convidaría. Insistió en otro agasajo y compartió una dulzura casera y fresca como lo es un dulce de duraznos con almíbar. Exquisitos y con mucho amor. Lamentamos no tener una foto con la señora.
En Puntas de Valdez pasamos lo peor del medio día de verano a la sombra de unos árboles, conseguimos mucha agua con buenos vecinos y cargamos un celular en una estación de ANCAP. Salimos hacia Montevideo cerca de las 3 de la tarde y tuvimos viento en contra TODO el camino.
Vino Secchi, un racimo y un vaso lleno
Desde que entramos a San José vimos dos publicidades que se repetían, una de negocios inmobiliarios y otra de un vino: "Secchi". En el almacén, en la panadería, en el bar. Y nosotros que con el vino nos llevamos muy bien mientras no estamos pedaleando, decidimos parar en un bar a la vuelta, ya pasando Libertad, sobre la Ruta 1.
Afuera habían tres personas y uno de ellos era quien atendía. Paramos las bicis contra la baranda del frente y Nacho entró a conseguir una botella (o caja) de Secchi para más tarde. A Ornella que estaba afuera le preguntaron de dónde veníamos, que hacíamos ahí y simpatizaron con la idea de viajar en bici y que paráramos por el vino. El que atendía el bar, trabajaba de mañana en la bodega que producía este vino autóctono de San José. Nos invitaron con un vaso (lleno) y un racimo de la misma uva de ese vino. Lo tomamos entre los dos, masticando a la vez una y otra uva. Intercambiamos teléfonos y contactos de facebook, nos dieron muy buenas recomendaciones y conocimos la hermosa historia del "Solitario Abreu", dos uruguayos que a caballo, unieron nuestras 19 capitales.
Escribir comentario
Lucia (viernes, 29 julio 2016 20:09)
Que relato hermoso! Me atrapó
Lucia (viernes, 29 julio 2016 20:11)
Me atrapó de principio a fin. Felicitaciones! Y x muchos +
Tabare (sábado, 30 julio 2016 00:06)
me encantó!!!!
Cecilia Ordeig (sábado, 20 mayo 2023 17:57)
El balneario que Uds llaman Mauricio es en realidad Balneario Ordeig.